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Personas Tóxicas.
Por Dr. Manuel Berumen Resendes.

 

A menudo las personas se preguntan en terapia: «¿Por qué soy un imán que solamente atraigo personas tóxicas? ¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿Por qué siempre me toca la pareja equivocada?» Lo que no se han preguntado es si ellas también son personas tóxicas y por lo tanto terminan involucrándose con personas que tienen los mismos patrones de conducta emocional.

La respuesta que les doy obviamente no les gusta, les sorprende y hasta la rechazan al principio. Siempre esperan de alguna manera que se les victimice y se les diga que no es su culpa, que las personas con quienes se relacionan tienen conflictos emocionales sin resolver y que, por lo tanto, están buscando siempre a alguien con quien desquitarse o descargarse.

Pero, naturalmente, la respuesta no es esa y no se concentra en el comportamiento del otro sino el de uno mismo, y es que la realidad no es que sean imanes que solamente atraen a las personas tóxicas y conflictivas, sino que ellas mismas de manera inconsciente son quienes buscan ese tipo de personas. Es decir, que inconscientemente son personas tóxicas emocionalmente que necesitan de alguien similar para garantizar vivir en conflicto.

A nadie le gusta al principio tener que enfrentarse a la posibilidad de ser también una persona tóxica y no solamente quienes me rodean. Se necesita un tiempo para procesar un hecho tan contundente. Así, una o varias semanas después regresan aceptando que es verdad, que ellas también son personas tóxicas y que se pasan la vida buscando otras personas tóxicas con quienes relacionarse.

Después de aceptar que uno es quien busca ese tipo de perfil estamos obligados a preguntarnos ¿Por qué buscamos específicamente personas emocionalmente inestables y conflictivas? ¿Por qué no buscamos personas sanas y estables emocionalmente? La respuesta es compleja y cambia de caso en caso. Es algo que debe ser resuelto como parte del proceso terapéutico. Sin embargo, sí podemos establecer algunas pautas generales.

Lo primero que podemos decir es que buscar personas tóxicas para relacionarse está íntimamente relacionado con un hábito de vida muy nocivo: el vivir permanentemente conflictuados emocionalmente. Es decir, la persona ha adquirido ya de manera sistemática esa forma de vivir; y de hecho no se siente cómoda viviendo una vida tranquila, en paz, sin constantes confrontaciones personales y sobresaltos emocionales.

Naturalmente las personas no se dan cuenta de que están ya tan habituadas a vivir de esa forma que les resulta imposible hacerlo de una manera distinta. Esa es también la razón por las cuales no se involucran con personas con otros perfiles emocionales, ya que éstas no garantizan los mismos niveles de abruptos emocionales que las otros; no garantizan vivir constantemente con picos emocionales que van desde el vacío y la miseria absoluta hasta el éxtasis sublime.

Para dejar de relacionarse con personas tóxicas lo que se tiene que hacer es empezar a aprender a relacionarme conmigo mismo de una manera distinta. Aprender a respetarse uno mismo y con ello empezar a fomentar hábitos de conducta, pensamiento y emocionales más sanos y menos autodestructivos.

Lo importante es comenzar por hacerse consciente de que cuando se tiene una pareja inestable y conflictiva emocionalmente es porque así se buscó. No fue el destino ni la mala suerte quien la llevo ahí. Aceptar que estar al lado de una persona tóxica (además sufriendo y esperando inútilmente que cambie) fue una decisión personal, con unas consecuencias claras y palpables y que, por lo tanto, se debe afrontar para corregirlo lo antes posible.

Debes tener muy presente que si consciente, o inconscientemente, valoras más el conflicto emocional que la paz y el bienestar emocional, eso es lo que tendrás. Hasta que no aprendas a darle el valor que merece tu paz y tu bienestar emocional no será capaz de dejar de involucrarte en relaciones tóxicas y emocionalmente destructivas. Por esa razón vives creando relaciones conflictivas que no están basadas en el amor sino en la dependencia emocional.

Date cuenta: no se trata de la otra persona, eres tú quien sabotea tu paz y tu bienestar. A la otra persona solo la usas como el pretexto, como la vía o el medio, de seguir arruinándote la vida. Si estás más interesado en que una persona esté contigo que en la persona que eres. Si ha dejado de importarte lo que sucede en tu vida si una persona no está a tu lado. Si tu vida carece de todo valor si esa persona no está a tu lado, entonces no es que estés amando demasiado.

La realidad es que te has vuelto dependiente de esa persona y confundes el dolor y el vacío de su ausencia con amarla demasiado. La dependencia emocional es letal y es perversa. Hace que tu vida se consuma mientras piensas que estás muriendo emocionalmente porque amas demasiado. No es que la otra persona sea la única tóxica, es que tú también lo eres y por eso se atraen mutuamente.

Es hora de pedir ayuda, de acudir a psicoterapia individual y recobrar tu vida.

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